CANTATA DE UN RAPSODA EN EL “ARGOS” (Ed. del Dock, 1995). 31 Cantos en los que lo lírico se cruza con lo épico.
CANTO XIII
Y las estrellas son brújulas del cielo
que guían nuestro navío en su derrota
por el azul turquesa de las aguas.
A horcajadas del destino,
de isla en isla
el mar nos dona su frescura.
No caben las alucinaciones
cuando lo visto por los ojos
se esculpe en la memoria.
Y si errabundas las reminiscencias,
el corazón se les oponga enardecido,
porque las sed de los dioses
jamás se saciará
en las aguas turbias de la vida.
CANTO XXIV
Si hijos tienes, Grecia, que ya no saben
cómo perdurar en la piedra
ni a Delfos acuden
para dilucidar misterios,
es porque para quien sabe de estas cosas,
el misterio está en sí mismo
o no indagaría con sed de eternidad
por la razón de su existencia.
En la piedra, sí, y también en el fuego,
porque insondable es el enigma del cosmos
y grandioso y turbio el corazón del hombre
en un mundo que aunque resquebrajado,
preñado está de deseos y futuro.
Emil García Cabot