LA HORA (novela, Ed. Metáfora, 2014 – Fragmento).

Aunque no sepa con exactitud desde cuándo estoy aquí ni para qué, sé que siempre hay una hora para las revelaciones, y que esa hora será enteramente mía cuando quiera que llegue, porque de alguna manera lo que no me lo sugiere me lo señala, desde la luz a las sombras, y abarcar con la mirada cuanto me rodea, es de lo más habitual para mí a estas alturas, dada como son actualmente las cosas. Acaso el de hoy sea otro día para sólo dejar pasar el tiempo, en medio de esta sensación de asunto que se acaba, de mundo que se termina y, también, de un algo que recomienza. Porque si de veras existe el tiempo, parecería que el tiempo corre indefectiblemente hacia mi única hora, esa que me aguarda, la que espero para terminar de desmadejar mi vida, y las demás horas sólo cuenten para llegar a ésa, conformando algo así como un eslabonado tiempo blanco, que no es para nada un tiempo en blanco. Pero como de chica, cuando no reparaba en muchas cosas, también ahora y acá me gusta hacerme a la idea de que estoy en un lugar distinto del que me rodea, con la diferencia de que tal vez no me lluevan las reprimendas, porque ya a nadie puede importarle que sólo haya estado escondida o escudriñando por quién sabe qué lugares, singular como se me ha vuelto la experiencia que estoy viviendo.

 

Emil García Cabot